Infecciones en la piel

Las infecciones en la piel son procesos en los que un microorganismo patógeno (parásitos, hongos, bacterias o virus) invade a otro y este se multiplica, produciendo enfermedades por bacterias u otro tipo de afecciones. Estos microorganismos tienen la capacidad de transmitirse, invadir los tejidos y evadir el sistema inmunológico de nuestro cuerpo.

Una infección o enfermedad en la piel avanza cuando nuestro sistema inmunitario se encuentra débil, por lo que los daños causados por uno o más microorganismos dependerá no solo de las defensas naturales de nuestro cuerpo, también de la forma en que la tratemos.

La piel es la principal barrera de defensa de nuestro organismo contra agentes externos y está formada por tres capas: epidermis, dermis e hipodermis o tejido subcutáneo.

La función de cada una consiste en:

Epidermis:

Nos protege de las bacterias, toxinas y la pérdida de líquidos, es la capa principal de nuestra piel.

Dermis

Es la segunda capa de la piel, sus tejidos aportan flexibilidad y un aspecto más joven a nuestra piel, algunos de los componentes principales de esta capa son el colágeno y la elastina.

Hipodermis o tejido subcutáneo

Es la capa más profunda del sistema integumetario. Sus funciones principales son: actuar como un aislante térmico ayudándonos a regular la temperatura del cuerpo. Acolchona la estructura (órganos y huesos) de nuestro cuerpo si llegase a estar expuesta a traumatismos, además le da forma al cuerpo. También almacena energía en el tejido adiposo. Por último, conecta los músculos y los huesos con la dermis.

Tipos de infecciones

Los tipos de infecciones están clasificados dependiendo su presentación: primarias, secundarias, sistémicas y por su localización.

Primarias: se desarrollan en la piel previamente sana.

Secundarias: son infecciones que se desarrollan en la piel con una lesión previa, algunos ejemplos son las úlceras o eczemas.

Sistémicas: Son enfermedades bacterianas que afectan a todo el cuerpo.

Por su localización:

Infecciones dermohipodérmicas

Celulitis

Infecciones epidérmicas

Impétigo
Síndromes tóxicos estafilocócicos

Infecciones dermoepidérmicas

Dactilitis
Ectima
Erisipela
Linfangitis

Infecciones del folículo pilosebáceo

Antrax
Foliculitis superficiales
Foliculitis profundas
Furúnculo

Infecciones de las glándulas sudorales

Hidrosadenitis

Infecciones de la fascia muscular

Fascitis necrotisante

Infecciones del músculo

Piomiositis
Mionecrosis

Síntomas de infección

Los principales síntomas de infección en la piel son: comezón, enrojecimiento, dolor, y los que indican que la infección es de gravedad son:

Tonalidad oscura en la piel
Descamación
Ampollas
Pus en la herida, comúnmente es una sustancia líquida de color amarillo
Mal aroma
Aumento de temperatura alrededor de la herida

Aunque no siempre se presentan los mismos síntomas en todas las infecciones si es común que por lo menos dos de éstos se manifiesten.

Piel descamandose aparentemente afectada por un hongo, lo ideal es tratar el hongo o infección con un jabón dermolimpiador y un gel microbicida de amplio espectro. El ozono en estos productos puede potencializar los resultados hasta un 30%,

¿Cómo tratar infecciones en la piel?

Para tratar una o más infecciones en la piel es importante que comiences por mantener tu piel limpia. Para lograrlo, tienes que tomar un par de medidas fundamentales, si tienes una herida quirúrgica, quemadura o raspón lava con agua y usa Heribac Jabón, antiséptico en barra especializado para tratar heridas. Después aplica Heribac Aceite y dejar secar.

Si la infección es causada por un hongo o bacterias, pueden llevar a cabo un tratamiento con antibióticos en pomada, en cualquier caso, el tratamiento tiene que se indicado por un especialista. La automedicación no garantiza resultados positivos y podría empeorar la infección en tu piel. Si comienzas a tratar una infección en tu piel y notas que no tienes resultados positivos, consulta a un especialista.

Ver Padecimiento:

Jabón dermatológico para heridas